Tomates, Clinton y Lisa Simpson.
Comentario del Martes 26 de enero: a 13 días de las elecciones.
Hace muchos años atrás me involucré con un partido político. Un día nos montaron al cajón de un camión y nos llevaron por varios pueblos con banderas. Al pasar por un mercado, nos tiraron tomates y nos gritaron: pónganse a trabajar vagos…
Un día viendo un capítulo de Homero Simpson, --tuve que recurrir a internet para reconstruir ese capítulo- Lisa deseaba ir a tocar con sus amigas el saxofón pero su madre no la dejó y la puso a limpiar la casa. Ella limpiaba la ventana y mira pasar enfrente al Presidente Bill Clinton tocando su sax con las amigas de Lisa y Moe´s aparece y les grita “ya ponte a trabajar Clinton”…
Tengo que confesar que esa vez evadí con habilidad los tomates, menos uno.
Ahora, de lo que trata esta columna de hoy es que, los políticos, son inevitables. Puedo esquivar, como los tomates, uno, dos y hasta más, pero algún político logra, de vez en cuando pegarnos.
Todos somos propensos a ello. Algunos dicen ser apolíticos, pero eso casi no es cierto. Debajo de nuestro rostro, oculto, tenemos posiciones, pensamiento e ideas. Tal vez nunca las decimos o no acostumbramos a mostrarlas, pero al final, muchos acudimos a votar, porque uno de esos tomates nos pego. Ahí, en la urna, a la hora de ejercer el sufragio está el tomatazo.
Los políticos, son un mal necesario, así es el sistema. Los tomates, deliciosos, así son los gustos.