Jhon Emerich Edward Dalkberg Acton, más conocido como Lord Acton escribió cerca de 1887 esta conocida frase “Power tends to corrupt, and absolute power corrupts absolutely”.
La primera vez que la escuche fue a finales de los setentas en boca de quien, años más tarde, sería mi profesor de Ciencias Políticas, el Dr. Rodolfo Cercas, que la tradujo como “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Entre más me adentré en mis estudios en esa disciplina más fui poniendo una distancia prudente con la política, los partidos políticos y algunos políticos.
Siempre he estado en el límite entre los decididos y los indecisos, dado que, no sin justa razón, al igual que miles de personas en nuestro país, creo que parte de la clase política no merecía, ni merece opiniones favorables.
Buena parte de esa distancia se debe a la infalibilidad de la que cree gozar una buena parte de esa clase política y sectores intelectuales y hasta técnicos que rodean a ciertos grupos y personas. Esa infalibilidad se asemeja a veces a la arrogancia.
También mantengo distancia con algunos sectores de la clase política que se rodean y sobreviven gracias a politiqueros de oficio, a quienes compran cada campaña con migajas. Me preguntaron una vez si encontraba diferencia entre gente politiquera y políticos corruptos y mi respuesta es que la politiquería y los politiqueros son un tipo de corrupción que le facilita las cosas a los corruptos.
Con respecto a la frase de Lord Acton, lo anterior tiene la siguiente relevancia: el poder en manos de –entre otros- los infalibles y arrogantes es peligroso y debe ser controlado para evitar abusos, arbitrariedades, corrupción o el abuso del sistema para favorecer a algunos pocos.
Soy del criterio de que el poder, en manos también de los politiqueros y la politiquería fomenta la corrupción y la prostitución de las instituciones públicas.
La corrupción a veces viene bañada de estupidez, impericia, negligencia, y hasta puede hacerse a derecho, utilizando el sistema para legalizar sus actos, pero no por ello repudiables. Uno de las peores formas de abuso lo encuentro entre quienes asaltan el poder o hacen de él por cualquier forma o a cualquier precio. Son estos los grupos de políticos más peligrosos, pues ellos crean caos y fallas al sistema republicano, al sistema de gobierno, para continuar detentando las mieles, privilegios y riquezas del poder solo para satisfacerse a sí mismos o al titiritero que está detrás de ellos.
Volviendo a Lord Acton, la frase conocida debemos leerla mejor como el poder tiende a corromper. Por ello, es importante controlarlo.