Durante los últimos meses he venido hablando con organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales sobre reciclado y el manejo de los residuos sólidos domiciliarios.
Durante los encuentros con las organizaciones sociales ha sido la constante el interés de las personas en la protección del medio ambiente y la reducción de la cantidad de residuos que enviamos a los “basureros".
De las experiencias recabadas, encontramos obstáculos que han frenado iniciativas que pudieron haber sido exitosas, debido a dos aspectos: educación y organización, entendida esta último como encadenamiento del proceso.
El encadenamiento ha sido uno de los principales problemas que se nos ha señalado, por cuanto diversas organizaciones que han impulsado proyectos de reciclado no han podido continuar con éxito debido a los precios injustos que se pagan a los materiales reciclables por parte de las personas o empresas recolectoras que los venden a mayoristas o de compradores mayoristas.
Un aspecto asociado es el volumen, pues solo se interesan por grandes cantidades y ven con desdén y poca importancia la recolección que se pueda hacer en barrios y grupos organizados comunales.
Bueno, como ejemplo de cuánto es el precio ruinoso --y estos precios variarían entre competidores—en vidrio pagan 28 mil colones por tonelada y siempre que esté separado por colores; por las botellas de vino de un litro pagan 140 colones; por el plástico 25 colones el kilo; por el aluminio 400 colones el kilo; por el papel de color blanco y clasificado 70 mil colones la tonelada y por el papel de color 12 mil colones la tonelada; por el cartón 8 mil colones la tonelada y por el papel periódico 29 mil colones la tonelada.
Un tercer aspecto son los fallos en los calendarios de recolección en los centros de acopio, ya que no pasan en las fechas acordadas o del todo dejan de recoger los bienes a reprocesar.
Hemos visto el interés de muchas organizaciones de la sociedad civil, tales como asociaciones de desarrollo, de promover en sus comunidades acciones para la educación y reciclado. En varios encuentros con ellas mostraron interés en convocas a los vecinos para recibir instrucción y educación ambiental y a partir de ahí dar inicio a un plan de recolección y manejo de los residuos sólidos domiciliarios.
Esta dinámica pasaría por la creación de pequeños centros de acopio al que vendrían las –personas físicas, empresas pequeñas o mayoristas- a llevarse los bienes reciclables.
Si bien los grupos de la sociedad civil entienden que el valor principal de su aporte es la reducción de la cantidad de residuos que son enviados a los “basureros” y que favorecen con ello a la protección del medio ambiente, no deja de ser un desequilibrio la desproporción en los precios que se pagan.
Esta dinámica me ha permitido recorrer información en varios cantones en cuanto al avance en la materia de las acciones del Gobierno, de las Municipalidades y organizaciones.
En el plano del Gobierno no puedo dejar de indicar el abismo que existe entre iniciativas gubernamentales y la ciudadanía, en el sentido de que no se ha motivado la participación ciudadana.
Al hablar con las comunidades, estas expresan su desconocimiento de las iniciativas gubernamentales y por razones que el país conoce en cuanto a los debates que se dieron sobre Crucitas y Sardinal, entre otros, existe desconfianza sobre la sinceridad estatal.
En con respecto a los Municipios, se pueden notar varios tipos que van desde las que han adoptado medidas ambientales hasta las que, por diversas razones, están muy lejos de ello.
Una de las experiencias más interesantes la encontramos en Liberia, en donde la Municipalidad apoyó la creación de una cooperativa de mujeres para operar un centro de acopio y reciclaje. Así se pudo documentar experiencias importantes en Tibás, San Pedro y Curridabat, entre otras más.
En las organizaciones sociales hemos encontrado un gran interés de las asociaciones sociales por aprender y hacer cosas, en especial en muchas asociaciones de desarrollo y organizaciones cívicas. Por ejemplo, deseo citar a la Asociación de Desarrollo de las Hortensias, cerca de Mata de Plátano de Goicoechea y de los esfuerzos del Movimiento Cívico de la Unión.